
A Julieta García porque sí y por su decisión de amar los perros gratis
Ella puso un cacharro en la mata de afuera
Y desbordó en el agua sentimientos
Para que el sol ardiente
No matara de sed sus animales
Los cachorros venían y se iban
Afanosos por darle gusto a ella
Que era su madre tierna
La madre del alivio de sus penas
Ella invocó la luna
El día que ella naciera
Y la luna se puso sigilosa
A marcarle la huella
Quizás por eso ella es tan cual la marea
Que se mueve despacio
Con su rico vaivén seduce estrellas
Ella enamora dulce mi poema
Y yo dejo que ella
Haga con mi palabra lo que quiera…
© 2009 Madeleine E. Belliard
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