miércoles, 20 de marzo de 2013
Q
|
uerido tú:
Recibe un afectuoso saludo desde
el centro de mi corazón, y que la Divina Esencia de Fortaleza, Luz, Amor,
Belleza, Salud, Paz, Prosperidad, Perdón y Libertad colme tus días de sus maravillosas
bendiciones, multiplicadamente.
La razón de mi
misiva eres tú. Hoy desperté y pensé en
ti, entonces agradecí a la Esencia de Vida que tú existieras. Me sentí feliz de
contar contigo, de que fueras parte de mi jardín de amor…. Siento una profunda
gratitud cuando pienso en lo afortunada que soy de tenerte. No sé si alguna vez
te lo había dicho antes, pero igual, como lo único que importa es el AHORA y es
ahora cuando estoy sintiéndolo, pensándolo, expresándotelo; además de agradeciéndolo
con toda mi alma una vez más y siempre, entonces: ¡GRACIAS! ¡GRACIAS! ¡GRACIAS!
¡Gracias por existir! ¡Gracias por ser parte de mí! Mi vida está llena de ti y
de tu amor. ¡Bendito Dios por eso! Estoy feliz de que así sea. ¡Somos UNO en todas!
Eres
importante para mí y quería que lo supieras. Quería recordártelo. Quería que lo
sintieras… Aquí donde estoy, aún cuando hace tiempo que no te veo, ni te
abrazo, ni estoy contigo; pareciera que la distancia no existiera, porque en mi
alma estás siempre presente. ¡Te quiero mucho! Me gusta que lo sepas. Me
encanta decírtelo, pero mejor aun, me gusta demostrártelo. Recuerda siempre que
para mí tú vales mucho y me siento orgullosa de que existas en mi jardín de
amor. Tú eres una de las flores más especiales de mi jardín porque tu luz, tu
aroma, tu energía es única. Nadie es igual que tú. Tú eres especial.
Sé que no es común expresar estos
sentimientos y sé también que muchas veces asumimos que el otro sabe cómo nos sentimos
al respecto, pero hoy quiero decírtelo y dejártelo bien en claro con toda la
intención del caso. Quiero que lo perpetúes.
Quiero sencillamente manifestártelo. Un día partiré, no sé cuando, a ese eterno
viaje del que nunca volvemos y antes de irme deseo que comprendas que te amo.
Que lo siento mucho y además quiero pedirte perdón por cualquier cosa que
necesite ser perdonada entre tú y yo. Pero sobre todo, y más importante que
todo, quiero darte las gracias; tú te lo mereces.
Sé que algunas
veces discrepamos en opinión, discutimos por tonterías y la paciencia es un
ingrediente perdido en nuestra relación en esos momentos. Mas sé también que la
raíz es profunda y los lazos de amor son perpetuos…. Sé que nos amamos
limpiamente. Sé que cuento que contigo y quiero recordarte algo que tú muy bien
ya sabes: — tú también cuentas conmigo. Es maravilloso saber que te tengo. Es
perfecto saber que sabes que me tienes. ¡Gracias por estar ahí y por ser parte
de mí! ¡Gracias por darle sentido a todo esto! ¡Gracias por ser tú, simple y
sencillamente! Me gusta nuestro nexo. La nuestra, es una relación divina, eso
es tan diáfano como el agua de un límpido manantial. Nos tenemos, nos queremos,
nos colaboramos, nos cuidamos. Nada podría ser mejor en la vida. Sé que puedo contar
contigo y que tú sabes cuentas conmigo, eso es un éxito. Sé también que puedo
hacer la vida sola y soy feliz con ello, mas la vida compartida contigo me
lleva a la plenitud; eso es colosal. ¡SOY FELIZ! Y soy tan superlativamente
feliz precisamente porque existes y puedo compartir mi vida contigo. ¡Te amo
profundamente! Quería reiterártelo… eso era todo.
Quiero también
aprovechar esta ocasión de intimidad abierta, para pedirte perdón por las veces
en que dije algo sin pensar y te herí; no debí hacerlo, pero lo hice.
Perdóname, por favor. Perdón por todas las veces en que he sido intransigente
contigo. Te pido perdón por las ocasiones en que he sido poco comprensiva o he
sido intolerante contigo. Comprendo que mereces lo mejor de mí y en esas
ocasiones no te lo he dado; perdóname por eso también, por favor, siento mucho
que haya sido así en aquel momento… te doy las gracias por comprenderme en esa
y otras muchas oportunidades. ¡Gracias por tu comprensión! ¡Gracias por estar
ahí! Y de nuevo: ¡Gracias por existir!
…Como dirían en el Chapulín Colorado:
– ¡Eres lo Máximo! Ciertamente Dios me premió contigo y estoy muy agradecida de
que así sea. Tú eres un ser maravilloso, luminosos y lleno de grandes virtudes
a quien admiro con todo lo que soy. Nadie me escucha como tú. Nadie me entiende
como tú. Nadie me ha tenido tanta paciencia en toda la vida, ni me ha llevado
la corriente en toda mi existencia como tú. Por siempre serás en mí alguien extraordinario
y especial con quien Dios me premió. Me alegro mucho de merecer tu amor, tu
respeto y tu amistad. Me enorgullezco de tenerte. Me honras. Me siento feliz de
poder contar contigo. Y así es…
¡Dios te bendiga hoy, mañana y
siempre!
Desde mi sencillo corazón y
humildemente agradecida
¡Te Amo!
Yo
Dedico esta benigna carta a todos los TÚ de mi
vida.
(Si lo recibiste,
entonces, ten por seguro que tú eres mi TÚ)
® MEB-28.5.12
© 2012 Madeleine E. Belliard
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